domingo, 31 de julio de 2016

Farsa historia

Encendió unos ojos, movilizó una persona, debió irse de viaje. O tal vez, esta de viaje. Me dijo yo si que quiero, ya no somos turistas. Es una zona aledaña, paralela, completa, circular. Te sentas en un estante, almorzando en jean, abrazando una versión rectangular que históricamente contuvo el sentir. No es un viaje, es un pasaje, una razón de domingo, es un olvido voluntario. Hay un instante en el que dejas de ser descubierto, esa mentira que solo quería ser verdad, que tanto lo intentó pero quedó fuera de alcance. Esa mentira que quedó en el inverso, que solo logró revelar a otra verdad, pero quedó mentira, y ya no se sabe que se pretende, porque pretender es la razón para amanecer. Es que hay pruebas de que alguna mentira se convierta en realidad, y por extensión en verdad?
Y volves a caminar, con las mismas pretensiones, las mismas canciones, las mismas decisiones, la misma filosofía barata de la que prescindir no hace al tiempo. El mismo, contento, y llegas, y esta todo igual, desde lejos lo sabías, todo es para siempre. Lo efímero es un consciente temporal y un eterno inconsciente.
Si, somos animales corriendo en círculos, pero círculos verticales, con impresiones de avance, marcas, hitos, objetivos, razones, posiciones. Me alcanzó para perder. Solo la mitad, el vaso, el contexto, no hay nadie más, el vaso y yo, el vaso y vos, vos y yo, el vaso y la mitad, la mitad y vos.
Evitar pensar, tarea fácil para la adicción, fácil de decir y de animar, saber que el que no puede es el que admiras críticamente esas noches de mas y mas intoxicación. Recuerdos de un estadio estático, la inercia del que duda, si queres nos quedamos acá, romántico, caminando solos, fotos de un hombre sin reacción, la oscuridad de la noche no ofrece privacidad, no te defiende de un idiota con celular.
Cuántos más deberán ser destruidos para que se termine esa farsa, cuántas mentiras más saldrán a generar ilusiones, sentimientos, el binomio, olvido. Es un interrogatorio sin fracción, sin palabras, sin salir, con un hambre que engaña, con un baile que no fue, una noche tras otra. Una bandera sin colores, o tal vez son todos los colores juntos. Como dice el que se acuerda del primer día, aquel que daría lo que sea por dejar de entender. Sea como sea, aunque fuera, cuál sería el punto. Si solo seria para volver a las mismas pretensiones, las mismas canciones, las mismas decisiones, el mismo farolito al final del túnel.