martes, 17 de abril de 2018

Senderos Verticales

Dicen que los bondis pasan solo una vez. Cuantos setenta y uno habrán pasado desde aquel dia que no sabía siquiera si iba a usarlo. Aun dividiendo el tiempo en secciones, tres secciones, la última es la más peligrosa. Subestimar es fácil, quedarte sin aire también. Es que acá el oxígeno es débil, la luz encandila y la caída es larga. Tenes a quien seguir si, muchos, toda tu vida viendolos, pero no observandolos. Toda tu vida quejándote pero sin una crítica. El techo representado en la incompetencia, el humo no se disipa, todo lo que sabes pasa de herramientas a información, todo lo que no sabes pasa de un manual a un animal.
Y este animal, con sed, si prueba tu sangre no sos más. Desafío? no. Desafío es que tu mundo se multiplique por dos. Desafío es entrar solo al final de la cadena alimenticia. Desafío es no saber. Desafío es que en medio de la canción te distraigas y ya no puedas seguir con la coreografía. Los múltiples ensayos, no sirvieron. La práctica no hizo ningún maestro, solo la inconsciencia y la honestidad brutal. Brutal, abundante, problemática. La ignorancia de la propia honestidad, no me molesta, no me preocupa. Seguiré practicando, pero las razones ya no son las mismas, esta vez solo pretenden esconderme, Engañarme, distraerme, pasearme.
Por qué?
Porque veo el paso, solo que no distingo qué montaña estoy escalando, y solo me queda creer que desde arriba la voy a identificar. Caminè

lunes, 26 de febrero de 2018

Gente ordinaria

Limitaciones autoimpuestas se cruzan con empiricas razones para ser abolidas. Es que las rodillas no saben empezar, menos aún esperar.
No te olvides que el sol es la razón por la que brilla. La linda pasajera de ese tren que nunca paso, nunca llegó la primavera.
Una boca me invitó a unirme a un grupo que sólo existió en mi cabeza, sus brazos alrededor del primero que canto truco, así de fácil te despachaste de toda tradición.
Con tus anuncios elevados, los oídos encantados, los sentidos exaltados, el presente estiro su presencia infinitamente a unos segundos, estaba sumamente interesado. Lo intenso es sólo intenso al que resiste, pero darwin no entendió de aptitudes interpersonales. Nunca interpreto las emociones de una silla vacía en el límite de la tierra y el concreto.
Finalmente el público eligió un color, reflejo del que observa al que se observa. No sólo hablando las historias se conocen.
De brazos cruzados algo me tranquiliza. Dejo de entender las marcas de la pared, golpes de un pendulo con dos extremos bien marcados pero resulta que no necesariamente estan enfrentados.