lunes, 8 de mayo de 2017

Es con dos a

Mientras me avisan que ahi estas, que las razones existen, suenan alarmas de primeras intenciones. Un par de pájaros deciden no contestar y antes de que lo soluciones te cuentan el final. Sin piedad, te dejan expuesto cuando ya tenías la solución, cuando ya habías demostrado. Para la semana, superado quedaba, el principio del fin.
Con dudas superficiales, bajo tierra y asfixiado, repasaba una y otra vez como si fuera camino a un examen. Es que era un examen.
Vivo, voy, soy camino.
Al llegar me dijeron buenas noches, me conecte al wifi y saque el cuaderno que deja ver mi trabajo. Ojos en mi pecho, desprecio, sorpresa, sin razón, envidia, hace para demostrar, demuestra para hacer.
Y antes de obtener la invitación del anfitrión, acompañada de movimientos usuales, me avisan que te vas. Me avisas que te vas. Solo me queda un puñado de idas y vueltas, mucho que escribir y un montón de papel.
Las invitaciones llegan, las disculpas también, la semana sigue, Las letras, las líneas, las menciones, el teclado, dejan mis dedos cuando no tienen tacto, un desperdicio de intenciones.
Afuera, esa persona es parte de la gente, pero es poca esa gente, los viajes a escocia, las inversiones sin retorno, exiliado, estancado.
Extrañè.

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